Editorial: ¡A por todas!

Lanzamos nuestro segundo boletín aún embriagadas por la magnitud que ha tenido la huelga feminista del 8 de marzo.

Desde acciónenred Andalucía nos hemos esforzado intensamente por contribuir al éxito de lo que ha sido una jornada de movilizaciones feministas sin precedentes.  Nos hemos implicado en los espacios donde se han vertebrado los preparativos de las movilizaciones, hemos lanzado una campaña de difusión propia  bajo el lema ¡A por todas! para fundamentar las razones que nos llamaban a la huelga y hemos desarrollado actividades de sensibilización para promover las movilizaciones.

Es todo un honor para las mujeres y hombres de nuestro colectivo  haber formado parte de esta gran marea violeta. Ni tan siquiera quienes olíamos su proyección, podíamos imaginar sus dimensiones.

Ahora, tras la resaca de este 8 de marzo, se hace necesario detenernos a reflexionar sobre los antecedentes y las claves de su alcance, la fisionomía de este fenómeno, los contenidos expresados y los retos a los que nos enfrentamos.

A lo largo de los últimos años, veníamos observando signos llamativos de cómo se estaba articulando y expresando el movimiento feminista en nuestro entorno y en el ámbito internacional. Las encuestas sobre valores eran contundentes en el caso español, particularmente en las generaciones más jóvenes. Más allá de estas mentalidades antisexistas, la sociedad civil con  el movimiento  feminista en cabeza, venía expresándose de manera multitudinaria: contra la reforma del derecho al  aborto de Gallardón, en el 7-N de 2015 contra las violencias machistas, “las manadas feministas” para apoyar a la víctima de la violación de Sanfermines o en los paros y movilizaciones el pasado 8 M de 2017. Unas movilizaciones, por otra parte, que no son ajenas a la impronta  que ha dejado en nuestra sociedad el 15-M.

Sin embargo, es evidente que estos hitos, las resonancias del #Metoo, la implicación de los medios de comunicación en la convocatoria, el apoyo de sectores y mujeres relevantes en el escenario público, el refuerzo por parte de un amplío espectro de partidos, sindicatos o entidades de la izquierda social, han sido claves pero no pueden agotar la explicación de las dimensiones que en España han tenido las movilizaciones feministas. Convendría, por tanto, estudiar con  mayor detenimiento los antecedentes y la propia historia del movimiento feminista en nuestro país  para comprender cómo hemos llegado hasta aquí.

Algunos elementos de la convocatoria han ayudado también a su impacto social: El hecho de apuntar a un horizonte más amplío de reivindicaciones que sintoniza especialmente con las generaciones más jóvenes, que encuentran un cauce de expresión para su descontento; una orientación que ha desbordado igualmente la agenda institucional, focalizada en la violencia y en la paridad; la propia definición de la huelga, no circunscrita a la esfera laboral sino centrada también en cuidados, estudiantil y de consumo; el notable activismo en las redes sociales, o la pluralidad de expresiones de protesta que se ofrecían bajo la denominación de “huelga”, han podido funcionar como elementos eficaces para la movilización.

En este sentido, la transversalidad del movimiento de la que da cuenta esta pluralidad generacional, el arraigo demostrado tanto en los entornos urbanos como en los rurales y, por supuesto, el gran impacto que ha tenido en el conjunto del país, nos brinda oportunidades excepcionales de intervención socio-políticas. Es necesario que las demandas expresadas encuentren una traducción real en la agenda política y se articulen cauces de expresión e intervención sociales adecuados para este amplío espectro social. Por su parte, las estructuras organizativas feministas se deben reconfigurar para dar cabida a los nuevos espacios que vienen emergiendo y para visibilizar la pluralidad del feminismo. Hay que seguir trazando hojas de ruta que transiten por la necesaria autotransformación de los individuos pero también por cambiar las mentalidades y estructuras sociales, políticas y económicas. Y, obviamente, este nuevo escenario nos da impulso para seguir defendiendo y fortaleciendo las exigencias emancipatorias que entraña ensanchar los márgenes de libertad y de igualdad para todas las personas.

Por todo ello, y por todo lo que está por venir, desde acciónenred Andalucía insistimos:

Ganando en igualdad, gana toda la sociedad. Así que… ¡a por todas!

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